Yo siempre había creído que me gustaban más los perros, ya que de pequeño teníamos una perrita en casa de mis padres. Se llamaba Chica y era muy pequeña y peluda. El único gato que conocía en esa época era el de uno de mis tíos, que era bastante arisco y uno apenas se le podía acercar. Una vez incluso arañó a mi hermana y se meó encima de algún invitado.

En contra de mi expectativa, mi percepción cambió recientemente al empezar a convivir con dos gatos, que son hermano y hermana. Tienen una personalidad muy diferente: el gato es más manso y quejica mientras que la gata es más independiente y curiosa. Tener un gato es una experiencia completamente diferente comparada con tener un perro, aunque creo que ambas son complementarias.

Las personas podemos aprender mucho de los animales y creo que lo que nos enseñan perros y gatos son cosas distintas, así que lo ideal es combinar ambas experiencias.

Aquí os dejo un video comparando lo que significa convivir con un perro o con un gato :)