Para ser totalmente sincero, no soy un bebedor habitual ni de té ni de café. Prefiero evitar las bebidas con cafeína por su efecto estimulante pero, de vez en cuando, sí que disfruto de un buen 'espresso' italiano o un 'genmaicha' japonés. Eso sí, siempre por la mañana para poder dormir bien por la noche. Durante el día, suelo tomar otro tipo de infusiones: rooibos, jengibre, hibisco, cúrcuma, cardamomo, limonaria y muchas otras.

De todas maneras, hay varias razones para que hoy hable de café en esta columna. La primera es el nombre de la plataforma, que hace referencia directa a la bebida. La segunda es que actualmente vivo en Colombia, uno de los mayores productores de café del mundo. Y la tercera es que el público que lee estas columnas es mayoritariamente japonés y tiene muchos conocimientos sobre la planta del té, puesto que es originaria del continente asiático.

Sin embargo, mucha gente no sabe que el café es originario de África, en concreto de Etiopía. De allí se extendió su consumo a la península arábica, Europa, América y al resto del mundo. Está tan globalizado que el segundo mayor productor de café a nivel mundial es Vietnam. La mata de café necesita un clima húmedo, tropical, de altura, en donde nunca haga ni demasiado calor ni demasiado frío. En Colombia hay una parte del país que reúne esas condiciones ideales y se llama el Eje Cafetero, en donde se sitúan ciudades como Manizales, Pereira o Armenia. Allí el café todavía es uno de los motores económicos principales de la región y los turistas pueden visitar cafetales para aprender sobre el proceso de cultivo, recolección y elaboración de esta bebida tan universal.

Para terminar, os dejo con la famosa canción del cantautor dominicano Juan Luis Guerra: "Ojalá Que Llueva Café".