En Argentina tomamos mate. La yerba mate se remoja con agua caliente y se bebe ese liquido que arrastra el sabor de las hierbas. Para los argentinos es importante viajar con su mate y su termo, pero es cierto que a veces supone un peso extra para el viajero que se mueve caminando. Además no es fácil encontrar yerba mate en otros países. En España, Barcelona por suerte es frecuente por la gran cantidad de argentinos que lo usan como destino. Pero en un pueblo de montañas al norte de Italia la cosa es distinta. 

Hace unos meses fui a hacer temporada a un pueblo lombardo. No me llevé el mate por lo antes descrito. Sabía que resignaba unos meses de tomar esa bebida que me acompañó siempre, tan propia de mi cultura. Para reemplazarlo me hice amiga del té. Pero en el lugar donde paraba no tenía ni pava ni tazas. Conseguí una taza con filtro para sumergir en el agua a 5 € y una semana de aislamiento por covid una compañera de trabajo me dejó una pava eléctrica en la puerta. Más adelante encontré algo mejor aún: un pequeño termo de acero de 300 ml, suizo y de buena calidad. Con un filtro en la parte superior, ideal para preparar infusiones y llevar de viaje. Compraba bastante jengibre porque me gusta su saber picante y es muy bueno. 

Hay muchas variedades de preparaciones. En mi caso depende de qué necesito. Si es un té digestivo para después de comer, probablemente lo prepare con jengibre, diente de león, manzanilla y semillas de hinojo. Si es un té de desayuno, fuerte para comenzar el día, un té chai: jengibre, canela, cardamomo, clavos de olor. A la tarde me gustan los té de saquito, puede ser té común o alguna de fruta. Siempre acompañado de algo dulce. 

Beber infusiones calientes es muy bueno para nuestro cuerpo.